A partir de los 28 días de edad gestacional, la misma se lleva a cabo principalmente en programas de IATF para diagnosticar las hembras preñadas/vacías.

Es realizado a partir de los 40 días de finalizado el servicio (en general servicio natural), permite detectar hembras preñadas, su edad gestacional y ante un mal resultado de preñez, realizar un diagnóstico de posibles causas.

En vaquillonas por medio de tacto transrectal o ecografía, para evaluar su desarrollo reproductivo (GDR) y de acuerdo al diagnóstico realizado proponer alternativas de manejo o tratamientos hormonales para inducir pubertad.

En vacas con cría por medio de ecografía ovárica, al comienzo o mitad del servicio, para diagnosticar la situación reproductiva, permitiendo tomar medidas de manejo correctivas o aplicar tratamientos hormonales. Esta maniobra constituye una valiosa herramienta diagnóstica para detectar problemáticas y hacer correcciones a tiempo, en lugar de lamentar bajos porcentajes de preñez al finalizar el servicio.

El conocimiento del nivel nutricional en las diferentes etapas del proceso productivo es una parte esencial del diagnóstico reproductivo y de la obtención de buenos índices reproductivos. Además es clave en la prevención de enfermedades como la Hipomagnesemia (principal causa de muertes de vacas en provincia de Buenos Aires y otras regiones de la pampa húmeda.

El plan sanitario de cada campo deberá ajustarse de acuerdo a sus problemáticas, infraestructura, personal, antecedentes sanitarios, y actividades preponderantes. Es clave estar bien actualizado y no guiarse por publicidad engañosa.

De la mano de un asesor agrónomo que planifique y maneje los recursos forrajeros ajustando las cargas según demandas nutricionales de cada categoría y época del año.